Se fortificó en el cuarto de los niños. Y lo hizo por una especie de instinto de que allí había existido una maravilla que los puritanos no podían prohibir ni los pesimistas negar. pero fue una historia extraña. Stevenson había preguntado : "¿Puede un hombre ser feliz?", y la respuesta fue: "Sí, antes de convertirse en hombre."
G. K. Chesterton
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